Hablar
de los límites y esencia de la literatura puede llevarnos a innumerables
concepciones que jamás podrán materializarse en una entidad estable u objeto
delimitado. El carácter ficcional de la literatura es quizá uno de los elementos
que pueden comprender una parte de aquello que llamamos literatura. Sin
embargo, las ciencias sociales y aún las ciencias exactas pueden contener la
ficción consciente o inconscientemente. Cualquier innovación de una ciencia surge
de la imaginación y de la representación.
Incluso si sólo tomáramos la literatura como
representación, ello no impediría que las obras literarias pudieran ser tomadas
como documentos históricos. Más aún, y en ciertas ocasiones, las obras literarias
son mayormente fidedignas que éstos. Ello por la capacidad de la literatura de
ofrecer información implícitamente.
Otro
rasgo fundamental, el empleo característico de la lengua, que permeaba las
definiciones de literatura, fue ampliamente profundizado por el formalismo
ruso. Los formalistas buscaban definir los fundamentos de la literariedad a
través de una nueva perspectiva enfocada en la forma del texto. Una nueva comprensión
que examinaba los recursos lingüísticos y literarios. Este fue el inicio de la aplicación
de la lingüística al estudio de la literatura, así como de la independencia de
la crítica literaria y de la teoría literaria. La lingüística ofreció por
primera vez claridad a la teoría y crítica al brindar un método riguroso que
ofreciera certidumbre en una tradición de interpretación y opiniones.
Víktor
Shklovski, padre del formalismo ruso, con su concepto de extrañamiento arremetió
contra la tradición literaria al reflexionar respecto al papel de lenguaje en nuestra
percepción del mundo. El ejercicio del lenguaje amplia nuestro conocimiento del
mundo, en vez de alienarnos de él. Los acontecimientos históricos fueron vistos
entonces no como estímulos para la creación literaria, sino sólo como ocasiones
de literatura. Situaciones fortuitas para la creación de metáforas y de
alegorías
El
formalismo también consideró el carácter inconstante y cambiante de la
literatura. La rarefacción es la esencia
de lo literario, sólo al desviarnos de la norma es que existe lo literario, tal
como lo pensaron las vanguardias. No obstante, ahora se conoce que no todas las
desviaciones lingüísticas son poéticas. La novela, por ejemplo, no es siempre apreciada
por el valor estilístico de sus componentes. Su mayor encanto reside en una compleja
construcción de figuras, que al descomponerse pierden valor literario.
El
formalismo afirmó a toda la literatura como poesía. Pero en aquel momento
olvidó que la poesía no sólo es forma y significado, sino también un
estremecimiento. Es este quizá uno de los elementos de mayor complejidad en la
literatura, ¿qué refleja la pasión? la aliteración, la complejidad de
significado.
La
literatura también ha sido ampliamente estudiada desde el ejercicio de la
lectura. Las sociedades reescriben las obras literarias. ‘Leer es reescribir’.
La lectura ofrece un significado más profundo a una obra de acuerdo a la situación
histórica en que se ejerza. Los llamados clásicos son clásicos porque tienen la
capacidad de adaptarse en distintas épocas, aunque eso no cambia el hecho de
que sus significados cambien.
La
literatura entonces, se juzga como un ejercicio de cooperación entre autor ylectores. Además de críticos que son quienes imponen el carácter literario a obras que incluso fueron
creadas para no ser literarias. La crítica es una institución rígida, pero también
una institución capaz de ser corrompida,
que en su oposición genera culto.
La
esencia de la literatura es un espejismo bastante seductor que se sustenta en
juicios de valor, y debido a lo transitorio de los valores, es que los límites
de la literatura se definen por los intereses de la sociedad en la que se sitúa.
Puede reflejar la sociedad del tiempo al que pertenece, puede ser el vehículo
de una ideología, puede ser un ejercicio mental, un desborde estético, ya que
sus límites son indeterminados, sus posibilidades de aplicación, uso y diversidad
responden a los juicios de valor.
Pero
¿podremos alcanzar a vislumbrar los límites de la literatura? o ¿la esencia de
la literatura es semejante a la naturaleza del hombre, no fijada?
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